A mi ya me urgía sol, arena y mar. Bueno arena no tanto, nunca me hace falta arena, pero sol y mar, SIEMPRE. ¡Huatulco fue la elección!

Tengo meses pensando en que quiero nadar más en el mar. Me encanta. Ahora se me ocurrió comprar un terreno en el mar y comenzar un proyecto para eventualmente irme a vivir para allá. La costa de Oaxaca me encanta. Busqué terrenos y fui a ver el que más me gustó.
Viajé sólo el fin de semana. Huatulco está lleno de bahías y playas, ya estuve averiguando donde nadar. Me recomendaron 2 bahías. Mi idea es nadar sábado y domingo temprano y luego asolearme. Desde que nado traigo marcado el traje de baño y mi panza no ha visto la luz en meses.
Hice maletas con mis trajes de baño, bikinis y audífonos (dejé aletas y paletas en mi casa). Mi plan es nadar en las bahías muy temprano en la mañana y por la tarde.
Estuve leyendo que mirar el mar activa el estado de felicidad en el cerebro y bueno, hay que ir a comprobarlo. México está lleno de mar, de playas increíbles y de buen clima, ¿por qué no vivir cerca de él? por ahí dicen, que “en el mar, la vida es más sabrosa“

Llegando a Huatulco
Saliendo de la oficina el viernes corrí al aeropuerto, llegué a Huatulco a las 18:00 de la tarde. El hotel Misión de los Arcos, es una belleza. Chiquito, acogedor, en el centro del pueblito, ¡como me gustan!.
Llegué, me puse mi traje de baño y me fui a la Bahía Santa Cruz (la más popular). Estaba llena de gente. ¡Claro! viernes en la tarde, pero es cuestión de nadar 3 metros y ya estás sola. Hay boyas marcando el lugar por donde pasan las lanchas y los barquitos, o sea que guiándome con las boyas, nadé un rato. Todo se me complicó, por las prisas no cerré bien la boya y se me metió un poco el agua.
Al salir, me di cuenta que no traía toalla, pero nadé delicioso, siguiento las boyas casi durante una hora. Me encontré a algunos nadadores más, pero fuera de ellos, todos los que estaban en la playa estaban a la orilla sentaditos sin moverse. Me encanta tener espacios amplios para nadar solita. El regreso por el andador fue una grata experiencia, Huatulco está muy cuidado, muy limpio y muy bonito.
Regresé al hotel, nos bañamos y nos fuimos a cenar al restaurant de Terra-Cotta, bastante rico, y luego paseamos un poco por el pueblo.
Sábado
El sábado me desperté temprano y nos fuimos a la Bahía la Entrega (que además es una playa incluyente). Me dijeron que era de las mejores para nadar. Llegamos a las 8 am, había poca gente, y me metí al agua. ¡Una delicia! Ha sido la mejor nadada en mar que he hecho en mi vida. Mucha vida marina, muchas piedras llenas de pececitos y una vez más, boyas divisorias entre las lanchitas, los barcos y la gente que nada.
Tenía poco tiempo para nadar porque tenía una cita a las 11:30 para ir a ver un terreno que quiero comprar. Terminando la cita regresamos a Huatulco y nos fuimos a la Bahía Maguey, yo quería seguir nadando.
En maguey había muchísima gente, pero nos fuimos a la esquina y nadamos solititas. La temperatura del mar en Huatulco es como de alberca. De pronto hay corrientes de agua fría que se agradecen, pero el agua es bastante tibia, ideal para nadar en cualquier momento del año.
Domingo
El domingo temprano regresamos a La Entrega (además así me iba a poder asolear más), me metí a nadar y desde que entré hasta que salí tuve a un pececito nadando debajo de mi todo el camino. ¡Fue lo máximo! todo el tiempo estuvo debajo mío, si daba vuelta, giraba conmigo, si por algo me paraba, se paraba y cuando me ponía a nadar, se volvía a colocar debajo de mi. Al despedirme casi lloro, me hizo la nadada.
Regresamos al hotel para recoger las cosas e irnos al aeropuerto. A las 5:00 yo ya estaba en mi casa. Fue un gran fin de semana, una vez más regreso de un viaje enamorada de México. En este país, cualquier día del año, puedes tomar un avión y estar en una playa con un gran clima en 1 hora.
Comprobé lo que dice el estudio “El ruido que emite el mar reduce nuestros niveles de cortisol, la hormona del estrés, y nos transmite calma.”
Amo México, y Oaxaca es sumamente especial. Volveré, volveré pronto.