Artículo 1/4 Mis primeras impresiones de Siria

Apenas regresé de Siria, me pidieron que escribiera algunos artículos, aquí el primero.

La primera vez que me invitaron a visitar el Medio Oriente, se me antojó como algo muy interesante. Siempre crecí oyendo a mi familia hablar de lo que pasaba en Palestina, de cómo el mundo árabe defendía a capa y a espada al pueblo Palestino y en mi casa.

Yasir Arafat era un nombre muy mencionado.   Siempre estuve interesada en esa zona del mundo (sin tener familiares árabes). Entonces, cuando se me presentó la oportunidad de ir a visitar a un amigo que vivía allá, decidí que no podía dejar pasar la oportunidad.

Molinos de agua en Hamma

Fue en agosto de 2009, acababa de terminar mi maestría en Madrid y tenía claro que quería dedicarme a trabajar con refugiados. Entre mis intereses del viaje, estaban sin duda, ver como vivía una zona que tiene tantos refugiados y tantos que no pueden pensar en regresar a sus hogares en un futuro próximo.  

El plan era visitar Líbano, Jordania y Siria, no sabía que me esperaba. Lo único que sabía de ese lugar, eran los estereotipos que tenemos tan marcados por vivir en otra zona geográfica del mundo tan diferente.

En general, la información que recibimos del mundo árabe es la que oímos de los Estados Unidos, y desde el 11 de septiembre no hemos tenido mucha información positiva acerca de la región.

Llegada

Llegué al Medio Oriente y desde que bajé del avión tuve demasiadas imágenes que guardar para siempre. Una de ellas fue ver en el aeropuerto centenas de personas sentadas en el piso.

Las mujeres tapadas en túnicas negras, con agujeros en los ojos y los hombres, vestidos en general de blanco con el gorrito típico musulmán (o que a mi me parecía típico musulmán) a las 3 de la mañana esperando que sus pasaportes fueran revisados.  

Yo pensé que iba a ver sólo a ese tipo de personas en mis 2 semanas de viaje, pero luego me dijeron que ellos eran iraníes que iban en peregrinación a Damasco. Tomé un taxi y empezó un viaje que hasta hoy me ha guiado a interesarme sobremanera por la región.

Empecé a observar la ciudad de Damasco desde taxi, me llamaron la atención la cantidad de gente en la calle a tan altas horas de la noche y la cantidad de mezquitas con los minaretes iluminados en verde.  

Mis anfitriones trabajaban, por lo que me tocó conocer Damasco sola. En un principio, con los estereotipos tan arraigados que llevaba conmigo, no sabía ni cómo vestirme ni cómo comportarme para mi visita turística.

Calle de Aleppo

Conforme pasó el tiempo, me di cuenta de lo equivocados que estamos en relación a la información que tenemos de los países árabes.

Si bien es cierto, es una sociedad más recatada que la occidental, también lo es que la gente respeta a los visitantes y entienden perfectamente las diferencias culturales y religiosas que existen.  Mi paseo por la ciudad fue de lo más amable e interesante.

Recuerdo que escuché a los sirios decirme “Bienvenida a Damasco” decenas de veces durante mis días en la ciudad y me sorprendió lo sonriente y amable que eran todos. ¿Dónde estaban los terroristas, ciudadanos del eje del mal que tanto había escuchado mencionar en la televisión?

Iglesia cristiana en Siria

Siria, Jordania y Líbano, a pesar de estar en una zona geográfica no tan grande y de haber estado unidos en una época, no podrían ser más diferentes.  

Líbano

Líbano, siendo tan pequeño denota mucha riqueza en Beirut y es por algo conocida como la Paris del Medio Oriente. Tiene edificios que me recordaban a Miami o a Paris: Peo también encontré muchas remembranzas a las guerras que ha sufrido en los últimos años.

Los libaneses son conocidos por ser muy espléndidos y dar grandes fiestas cada vez que tienen una oportunidad. Ellos explican que es porque nunca saben cuánto tiempo les durará el tener tanto y por eso no piensan en guardarlo. Han sufrido guerras varias veces y lo han perdido todo.  Una forma de ser muy diferente a la que se ve en el occidente.

Líbano es el único país árabe en donde no hay clara mayoría musulmana, lo cual le ha dado privilegios y también los ha castigad. La lucha de poder y las negociaciones a las que han tenido que llegar sus actores políticos son complicadas de pensar y de entender para alguien que vive en un país laico.

 Por ley el cargo de Presidente de la República deba ser ocupado siempre por un cristiano maronita, el de Primer Ministro por un musulmán suní y el de Presidente del Senado por un chiíta. Con el fin de que ninguna minoría del país pueda quedar discriminada por el gobierno.

Puede resultar de lo más inverosímil en cualquier otro país del mundo. Pero no en Líbano, donde la religión está muy dividida entre musulmanes (sunís, chiítas, alawitas y druzos) y cristianos (maronitas, ortodoxos, católicos, asirios, caldeos, etc).  

Vista de la ciudad de Beirut, en primer plano una iglesia, al fondo, un edificio moderno
Vista de Beirut

Es un país cuya muy importante fuente de riqueza son las remesas, pues hay más libaneses viviendo fuera de Líbano que dentro de él. Beirut es la ciudad más abierta de Medio Oriente.

Hay más bares que en ninguna otra ciudad cercana, pues al tener tantos cristianos el alcohol es abiertamente permitido.

Corniche de Beirut

La gente no es tan amigable ni abierta como en Siria, pues es gente que ha visto varias guerras, la última hace tan sólo 5 años, me acuerdo que lo que más me llamó la atención fue la presencia militar por toda la ciudad y los restos de edificios aún baleados.

Recuerdos de las últimas guerras.   

Holiday Inn baleado

Visité las ruinas romanas mejor conservadas de la zona, en Baalbek, que además es conocida por ser la cuna del Hezbollah. Visitamos un museo del Hezbollah. Recuerdo como se me heló la sangre al ver las fotos de los “mártires”, algo con lo que vive esa sociedad todos los días. Algo que yo siempre vi desde lejos.

Jordania

Jordania es un país que en 1994 firmó un tratado de paz con Israel, por lo que no existen problemas entre sus fronteras. A diferencia de Líbano y Siria, ahí si tienes un sello israelí en tu pasaporte no puedes cruzar la frontera a Líbano, Egipto o Siria.   

Jordania, es una monarquía constitucional y tiene mucha influencia del occidente.

Petra y el mar muerto le han ayudado al ser puntos turísticos y por ende a vivir más acostumbrados a otras costumbres.

Mientras estuve de vacaciones allá, noté las diferencias entre los tres países. En Líbano, sobre todo en Beirut me sentí en cualquier ciudad del mundo occidental. Se nota la influencia francesa. Recuerda el protectorado francés en el que vivió hasta hace unos setenta años.  

Siria

Siria, es el país menos occidentalizado de la zona, pues al haber sido catalogado como “eje del mal” no se encuentran ninguno de los símbolos del imperialismo estadounidense.

No había ninguna cadena de comida rápida o de supermercados. Se empieza a abrir, pero aún le faltan algunos años para poder decir que se ha occidentalizado, como Jordania o Líbano.

Medio Oriente

El Medio Oriente siempre ha sido una zona beligerante. Al tener petróleo ha atraído miradas de países ricos. Sus formas de gobernar tampoco han pasado desapercibidas y con la excusa de “salvarlos” y de defender los derechos de las personas que viven ahí, varias guerras han tenido lugar.

 La situación geográfica de la zona siempre ha sido importante. Fue y es el cruce entre continentes. En la antigüedad, por ahí pasaba la ruta de la seda y los intercambios culturales siempre existieron.

La zona es cuna de las 3 religiones monoteístas. Abraham padre de las tres nació en lo que hoy es Irak.

Mezquita en Beirut

Voltear a ver al Medio Oriente es conocer parte de la historia de cada uno.



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