Escrito en el 2011. El Medio Oriente siempre ha sido una zona conflictiva. Es el paso entre continentes y además tiene petróleo y gas. Las tres religiones más importantes de la actualidad comenzaron en esta zona y por donde se visite se encontrarán rastros de las religiones judía, cristiana y musulmana. A mi me maravilla la forma en la que se convive entre las tres religiones. Puedes ver una mezquita al lado de una iglesia, o estar en misa y escuchar la mezquita al lado llamando a oración. La convivencia entre religiones para mi terminó siendo un simple recordatorio de la libertad que tiene cada persona para creer o no creer en lo que cada quien quiera.
Es la unión entre África, Europa y Asia, está entre el mar mediterráneo y el océano índico. Su idea como tal es bastante nueva, pues fue hasta después de la Primera Guerra Mundial, cuando los otomanos, aliados a los vencidos, fueron divididos en naciones independientes. Además fue en 1948 cuando se estableció Israel. Fue también por esa época cuando se supo de la enorme reserva de petróleo en la región, tan es así, que la OPEP está dominada por los países de esta zona. Se habla primordialmente el árabe, pero también el farsi (Irán) y el turco.
En el siglo pasado hubo conflictos importantes como la Guerra del Golfo, la de Irak y el conflicto árabe-israelí. Tenemos la idea de que es una zona muy peligrosa para visitar o vivir, pero yo no hubo ni un momento en el que me sintiera insegura. Claro, es evidente que no es de las zonas con más libertades del planeta. Pero yo como lo veo desde el punto de vista femenino y extranjero es, que hay unas libertades por limitar otras, es decir, se puede visitar, transitar o vivir en un país del medio oriente, sin ningún problema, pero no se puede criticar al gobierno o expresarse libremente como en otros países.
Para un extranjero es un pacto perfecto, pues te da oportunidad de visitar la zona sin miedo alguno, y si no estás de acuerdo con el gobierno, pues te retiras, pero para una persona nacional de alguno de estos países, la cosa puede no ser tan idílica.

En Siria o Irak, hay que estar conscientes de que existe policía secreta, mucha policía secreta, los llamados mujabarats, son hombres vestidos de civiles presentes en todas partes, y al decir todas partes, me refiero a que pueden ser meseros, taxistas, vender palomitas en la calle, ir siempre de pasajero en un avión, o donde menos se pudiera pensar que están.

El día que me di cuenta de su existencia omnipresente, fue cuando estaba en un café muy tradicional de Damasco. Fui con dos amigos mexicanos, estaba platicando acerca de mi colección de Constituciones del mundo y bueno, quería comprar una constitución siria y no encontraba quien me pudiera decir como pedirla en árabe, entonces le pregunté a mi amiga la traducción de la palabra y en el instante en el que la mencionó, varias cabezas giraron hacia nuestra mesa, en ese instante, mi amiga me dijo, mejor no vayas por las librerías pidiendo una constitución porque podrán creer que quieres derrocar al régimen y terminarás en la cárcel por lo menos, para una entrevista. Una vez entendido el mensaje, no volví a buscar la constitución y preferí que mis conversaciones públicas fueran acerca de la comida, el clima y la espantosa forma que tienen para vestir.

La presencia de la policía secreta en todos los ámbitos de la vida en el medio oriente, obedece básica y primordialmente a que los gobiernos al ser en su mayoría “dictaduras” (Líbano no entra en esta definición) necesitan controlar los aspectos civiles, sobre todo las posibles revueltas que pudieran surgir contra el gobierno, ejemplo muy claro y reciente es Egipto. Es increíble darse cuenta de lo que internet ha hecho o ha podido hacer en los países árabes.
La inmolación de Mohamed Bouzizi, en Túnez; el detonante de la expulsión del dictador Ben Ali, evidentemente se propagó rápidamente gracias a internet y contagió a Egipto y a algunos países más. En donde han habido revueltas o manifestaciones públicas que o se han cancelado o se han llevado a cabo, varias con algunos logros (Jordania, Yemen, Siria). Sabiendo cómo funcionan las cosas en internet, es “entendible” que algunos gobiernos bloqueen el acceso a redes sociales de sus ciudadanos como también es entendible como una de las primeras decisiones para apaciguar ánimos es desbloquear los accesos y dar mayor “libertad” a sus ciudadanos.
En varios países del Medio Oriente las transmisiones de datos están prohibidas, es decir, no existen los Blackberry, o redes sociales como Facebook, los blogs y youtube están bloqueados, por supuesto se desbloquean usando proxies que todos los días cambian (en Siria diario en la página de Facebook salía el proxy que se debía usar ese día, algo completamente increíble, pero sucedía). El presidente tiene perfil en Facebook, y después de lo sucedido en Egipto y Túnez, se han logrado desbloquear esas páginas, el problema siento yo es que ahora estarán completamente vigiladas por el gobierno, que antes no tenía control, pues los proxies se lo impedían.
Hay que verlo como un logro de la revolución egipcia y como un comienzo para empezar a tener más libertades de expresión en la región. Es evidente que lo que se busca es que haya mayor participación del pueblo y menos arbitrariedades de gobiernos que hoy por hoy ya no deberían existir.
El sentimiento al estar en un país del medio oriente es de tranquilidad absoluta, la gente es muy cálida, amable, desprendida, siempre dispuesta a ayudar, por donde vayas la gente sonríe, te saluda, te da la bienvenida y te hace sentir como en casa, a pesar de no entender absolutamente nada de lo que te intentan decir.
Cuando entras a una tienda, lo primero que te ofrecen es un asiento y té, la costumbre es sentarte e intentar entablar una conversación, el tiempo no pasa y no hay prisa para nada, además todo se le deja a Dios, al decir “inshallah” que es “si Dios quiere”. Siempre que pedí un favor, siempre recibí como respuesta un inshallah, que aunque ellos insisten en que es positivo, a mi me sonaba muy negativo y sentía que de plano, no me iban a ayudar.
Estando allá es complicado pensar las razones por las cuales tenemos la idea de que en el mundo árabe todo son bombas, granadas, terroristas, pobreza, odio y guerras. Si bien es cierto que somos pueblos con culturas diferentes también lo es que la gente vive su vida de una manera muy normal y tranquila. Yo siento más que en el Medio Oriente todo es amabilidad, tés, conversaciones que duran tardes enteras, juegos de backgammon, dulces, pan árabe, comida en exceso y porque no decirlo, ropa espantosa.

El árabe es desprendido y dadivoso por naturaleza, siempre son serviciales y son los típicos, que conocen al primo del amigo, del vecino de un conocido, que seguro, puede ayudarte.
Son capaces de desviarse y llevarte al lugar que estás buscando si te ven medio perdida, es una sociedad en donde cualquier persona se siente bien.
El honor árabe reina las relaciones, son muy cuidadosos con eso, y de hecho se rigen en base al respeto al honor, el crimen no es alto, ya que si roban y lo descubren, su honor se perderá para siempre. Recuerdo dos casos muy impactantes. El primero fue cuando yo venía caminando por una zona muy transitada, subí un puente peatonal y en algún momento de mi pantalón se cayeron 20 dólares, no me di cuenta, hasta que una mujer me tocó el hombro, me hizo seña de que volteará hacía atrás, se me acercó un hombre a entregarme el dinero, al principio no supe reaccionar, cuando lo comenté con mis amigos, les dije que me hubiera gustado entregarle los 20 dólares a la persona como recompensa a su honradez y entonces uno de mis amigos me contestó que no lo hubiera aceptado, que hizo lo que tenía que hacer y que no debía ser premiado por ello, mis ojos se abrieron como plato.
Otro caso, fue cuando me enteré de que un señor en un pueblo de Siria había violado a una niña pequeña, que entonces el castigo era matarlo, investigando el caso, nos enteramos que independientemente del castigo que el gobierno debía imponer al violador, la familia de éste lo quería matar por haber acabado con el honor familiar, entonces había que defender al violador de las autoridades y de la familia. Cuando platiqué el caso con gente local, entendieron perfectamente la reacción de la familia, cuando para mi resultaba complicado comprender porque la familia no lo protegía a pesar de haber hecho lo que hizo…. Cuestión de honor, me contestaron.
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