Y mientras trabajo en mi técnica… Tepoztlán y Sierra de Lobos

Desde los 8 años nadie me decía como nadar, en Alchichica me di cuenta de que me urgía mejorar mi técnica y trabajar en mi crol. Y me puse a ello.

Contraté un paquete de 10 clases particulares en el Sports World de junto a mi casa. Andrea es mi entrenadora. Ha hecho milagros. Llegué suplicándole que no me dejara nadar de pecho, el estilo más cómodo para mi, que nos enfocáramos en pura técnica de crol y en resistencia. Después de 7 clases, nado 3 kms de crol en una hora. Me hace la clase muy divertida, uso mis aletas, las paletas, el pull, la tabla, usamos resistencia… de todo para que no me aburra y mejore mi técnica. Me siento mucho más fuerte en sólo un mes.

Ya puesta a ello, me animé a comprarme trajes de baño nuevos y ando rayada. QSwimwear ha sido el mejor descubrimiento. Además de que son hechos en México, que siempre es un plus, ya me se mi talla, y desde el principio me quedaron bien. Los pido por internet y me llegan en 2 semanas (me ahorro la ida a la tienda, que odio).

Y regresando a mi vida feliz y a mi espíritu libre y aventurero. Me escapé unos días de la oficina para ir a Tepoztlán y a León a ver a un amigo al que hace años no veía.

Tepoztlán

El martes por la tarde, saliendo de la oficina, me escapé a mi lugar favorito en Tepoztlán. Un estudio arriba de la montaña desde donde se ve el valle y las montañas sagradas de la zona. Llegué por la tarde y subí al estudio, como no hay mucho que hacer me dormí temprano y al día siguiente me fui a Amatlán. Me habían dicho que habían unas cascadas a las que podía ir caminando.

Llegué y me junté con un guía y gente que quería ir (menos mal porque no hay manera de llegar sin guía). Fue más de hora y media de caminata, pero la compañía fue maravillosa. Llegamos a las cascadas y aunque la verdad no me llamaron nada la atención, el camino me encantó y disfruté el no tener señal ¡muchísimo!.

Estuvimos en la cascada unas horas, yo siempre presionada porque tenía que regresar a la ciudad a una junta que tenía al día siguiente a las 10 am. Perdí el autobus en el que me iba a regresar y dejé de estresarme. Disfruté del camino de regreso y tomé el camión a las 9 pm. El regreso que dura 1 hora, duró 3 porque hubo un accidente en la carretera. Llegué a mi casa, dormí, cambié de maleta y me fui a mi junta.

Terminando mi junta, me fui corriendo a la terminal de autobuses, ahora para ir a visitar a mi amigo con quien reconecté a León.

Todo fue muy chistoso. Hace 5 años lo conocí en Chiapas, él era director de una carrera en el ITESO y tenían asuntos en San Cristóbal, donde vivía yo. Nos conocimos, nos caímos super bien. Decidimos que en semana santa queríamos ir a la Reserva del Triunfo en Chiapas. Moví cielo, mar y tierra para lograrlo. En ese entonces era un área MUY protegida y aceptaban a 60 turistas al año, o sea que la lista de espera era larga. Pero lo logramos.

Fue una semana super divertida y diferente, íbamos con los fotógrafos de la revista y el plan fue quedarnos en los campamentos de los guardabosques. Comimos lo que nos dieron, catamos café, vimos quetzales y caminamos mucho en el bosque, fue una gran gran semana.

Unos meses después fui a Guadalajara a algunas cosas del trabajo y terminé acompañándolo a recojer semillas al Bosque de la Primavera para un proyecto de reforestación.

Luego dejamos de vernos, cada quien se dedicó a lo suyo. Hace como un mes le comenté algo en instagram y terminamos hablando por teléfono, quedamos de vernos pronto aprovechando que no andaba lejos. Me habló de la Sierra los Lobos y decidí que había que ir a ver.

Sierra los Lobos

El jueves llegué a medio tarde a León, pasó por mi a la Terminal de Autobuses y fuimos al super para comprar provisiones para nuestras 24 horas de desconexión. De ahí nos fuimos a la sierra. Está a 40 kms de León, es un bosque de encinos, con cañadas y presas. Llegamos a la cabaña, prendió la leña y comimos (¡y vaya que comimos!). Un rato después ya de noche nos fuimos a pasear por el terreno. Me llevó a una de las presas, en la que hay una terracita con sillas, ahí nos sentamos a oir sapos y a seguir platicando.

Regresamos a la cabaña, prendimos la chimenea, abrimos una botella de vino y seguimos platicando. A las 3 am decidimos que era hora de irnos a dormir. Seguimos en la chorcha hasta, creemos que las 4:30. Es una delicia encontrar a alguien con quien platicar tanto tiempo, de tantos temas, en español, sin escuchar de futbol y oir y oir y oir música.

Al día siguiente despertamos temprano, sin naaaaaaada de ruido (¡lujos!). Desayunamos y me llevó a la parte alta de la cañada a ver la vista desde arriba. La caminata estuvo increíble, nos encontramos con las vacas del lugar y con algunos caballos. Regresamos, comimos y me llevó a la terminal de regreso. Fueron 24 horas de pláticas, carne, vino, música, mucha naturaleza y NADA de internet. Claro, cuando llegué a la ciudad tenía cientos de mensajes de whatsapp buscándome. De León me fui a Querétaro y de Querétaro a Tequisquiapan para estar con mi familia 2 días. Terminé el fin de semana en las luchas que cada vez que voy, ¡disfruto al máximo!

Fue una semana diferente, llena de sorpresas, de regalos, de tiempo de calidad, de naturaleza y de mucha amistad. ¡Tengo que repetir esas semanas de vez en cuanto! y seguir nadado y metiéndole kilos a la técnica que se vienen nadadas ¡¡¡muy interesantes!!!

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