Llevo meses pensando en que quiero nadar en Taxhimay. Cada año organizan una nadada en la presa. Está cerca de la CDMX, al agua no está fría (eso me dijeron) y presumen de tener unos pulques maravillosos.
La nadada es el 14 y el 15 de septiembre, el 14 la nadada es nocturna, de 1 km y el 15 hay diferentes distancias, 1, 2.5 y 5 kms. Yo como me estoy preparando para nadar 6 en octubre, me metí a nadar 2.5, en principio no tendría que ser complicado, pero no se, estoy un poco nerviosa.
Taxhimay está entre mi casa y la casa de mis papás. Mi plan era irme con ellos a pasar el fin de semana y el domingo irme a la presa a nadar. Pero claro, cada uno tenía sus planes y ellos no iban a estar en su casa ese fin de semana.
Intenté buscar gente que fuera a nadar para no irme sola, un amigo de mi grupo de aguas abiertas me dijo que iba a ir y que cabía con él, al parecer ya había organizado el plan.
Una semana antes mi papá me dice que prefiere quedarse en su casa, que mi mamá se va con sus amigas y que yo me puedo ir con él el fin de semana. ¡Plan perfecto! yo, mi papá y la ida a la nadada con él. Plan resuelto.
Me fui a casa de mis papás desde el jueves, saliendo de una junta. Pasé por mi papá a su casa en la CDMX y nos fuimos juntos. Llegamos a comer el jueves, estuvimos caminando por el pueblo. Tenía años sin estar sola con mi papá y la verdad es que es una bendición.
El viernes, nadé, nadé bastante mientras mi papá jugaba golf y dominó con sus amigos. El sábado nos fuimos de turistas a la Peña de Bernal, no nadé nada.
El domingo nos despertamos a las 6:00 en punto para llegar a tiempo a recoger mi paquete. Parte de la carretera nos tocó lloviendo y yo por un momento sí creí que no iba a nadar.
El camino a la presa está terrible, muchos topes, muchos baches, muchas curvas. Pero al llegar todo es bonito. Había mucha gente ya lista. Al primero que vi fue a Enrique, ¡es un puntualazo! Fui por mi paquete y me empecé a preparar los menjueges que me recetó el nutriologo. Dos dátiles, un gel, una botella de agua con electrolitos… por ahí se apareció Armando (el buenazo en la clínica de Nora que estuvo con nosotros explicándonos cómo usar las ligas). El iba a nadar 5 kms, Enrique y yo 2.5.
4ta Edición de Aguas Abiertas Taxhimay, Rompe Olas Rompe tus límites
Ya casi a punto de empezar, se me ocurrió ir a tocar el agua… ¡¡¡¡santo Dios!!!! 20C. Cómo fui pudiendo me fui metiendo poco a poco, mojándome toda, primero las piernas, luego la nuca, los brazos… hasta que terminé empapada y me fui a mi lugar para empezar. Mi papá estaba sentado cerca de la salida, verlo me daba una felicidad tremenda. Fue un gran regalo tenerlo conmigo.
Primero salieron los hombres de 5 kms, luego las mujeres. Poco después los hombres de 2.5 y luego seguíamos nosotras. Poco a poco fuimos entrando al agua. Atrás todos los de 1 km. Yo me pongo siempre en la orilla y hasta atrás para no sufrir de los codazos y patadas que siempre hay.
Entré y bueno, el agua no me pareció tan fría. Empecé a nadar pero no agarraba ritmo. Mis primeros 500 mts fueron espantosos, no entendía qué hacía ahí. Porqué mis piernas no flotaban. Quería nadar crol (para eso había entrenado) ¡pero nadaba pecho!. Al llegar a la primera boya me relajé y lo empecé a disfrutar. Me di cuenta de lo bonita de la presa. De lo bien que estaba nadar ahí. De lo rico de la temperatura y de que podía ir alternando pecho y crol (ya luego Andrea me regañaría). Llegué a la última boya antes de regresar y ya lo estaba disfrutando mucho. Mis primeros 2.5 kms en aguas abiertas. Pensé en mi papá esperándome, en mi equipo de relevos atentos a mi nadada. A mis hermanos que me habían deseado suerte la noche anterior. Pensé en los entrenamientos súper constantes de meses atrás y ¡¡¡llegué feliz!!!.

Busqué a mi papá que ya estaba con Enrique. Me felicitó, me dijo que estaba muy contento por lo que había logrado y que se la estaba pasando muy bien viendo a tantos llegar. Enrique fue a ver los tiempos a las tabletas que pusieron. Él quedó en 4to. ¡¡Yo en 6to!! Yo pensaba en hacer una hora y con eso iba estar contenta. Hice 43 minutos y la mitad la nadé de pecho. Me sorprendió mi tiempo, pero me impulsa a seguir entrenando y a saber que sí puedo, que este deporte me encanta, me apasiona y que estoy mejorando día con día.


Terminando nos regresamos a México, los dos muy contentos con nuestra mañana. Sin duda el haber compartido esto con mi papá ha sido lo mejor desde que empecé a nadar.